martes, mayo 18, 2010

Siéntate para que el Espíritu te posea

Lo esencial de todo método de meditación es SENTARTE. No importa cuántos errores cometas, una vez que te sientas el espíritu te posee. Sobre todo si te sientas durante 20 a 25 tiempo mínimo para que tu mente se meditasilencie.

Si lo haces todos los días, los errores y las nociones falsas gradualmente se evaporarán. El hacerlo es la disciplina fundamental.

El cómo perdurar en la postura requiere algunas pautas:

Escoge una palabra sagrada que dé tu consentimiento a la presencia y la acción de Dios en tu interior. Presencia y acción son dos palabras que expresan la relación dinámica que se establece en tu interior. Un intercambio, una conversación que se convierte en comunión o que se mueve en esa dirección.
Sentado cómodamente introduces suavemente la palabra sagrada que simboliza el consentimiento a la presencia y a la acción de Dios en tu interior. Recuerda que Dios no es una estatua o una fuerza inmóvil en nuestro interior,es una fuerza transformadora en nuestro interior que nos lleva a una relación de AMOR, en que se abre la Fe y el Espíritu de Dios comienza a manifestarse y a obrar en ti. A sugerir en ti un nuevo estado.
Cuando te veas atrapado en algún pensamiento simplemente regresa muy suavemente a la palabra. Esto quiere decir que vamos a tener varias distracciones en nuestra mente como ruidos, sensaciones del cuerpo, sueños, aromas, la tos de alguien en la sala, recuerdos...y todo este material inconsciente va a fluir a través de la conciencia y va a provocar la distracción de tu mente en el proceso que estás queriendo lograr.
la meditación se mueve más allá de ese nivel de conciencia y por ello es que debes traer suavemente a tu mente a la meditación, ya que está diseñada para trascender la mente psicológica ordinaria de todos los días. Por lo tanto no debes prestar atención a esa distracciones ya que son como el ruido de fondo de tu conciencia real, que soportas todos los días pero que no es la realidad a la que quieres acceder.
Lo importante es no resistirse, no pelear con este ruido, tener una actitud alegre ante estos pensamientos, una actitud amistosa hacia nuestros pensamientos más terribles. No es que nos debamos detener en ellos, sino que no los reprimimos, son parte de nosotros, los esperamos observándolos en paz y con una actitud risueña: -aquí vienen otra vez,¡ja, ja!-.Sin que ello nos apene o nos enfurezca, ya que este tipo de emociones nos distraerían de nuestro estado de silencio interior que es el fin inmediato de la meditación que estamos buscando. Cuando un pensamiento viene, recuerda que el segundo que aparecerá te perturbará aún más por su carga emotiva de resistencia.
La práctica está orientada a establecer una nueva conciencia silenciosa para que el Espíritu que mora en ti se abra en el Amor.

No hay comentarios.: