lunes, enero 25, 2010

Salvado por la Luz

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El 17 de septiembre de 1975 el autor estaba hablando por teléfono durante una tormenta; la línea telefónica fue alcanzada por un rayo y despidió miles de voltios de electricidad en su cabeza y su cuerpo, además de arrojarlo por los aires. Brinkley sufrió un paro cardíaco y murió. Cuando revivió en el depósito de cadáveres, veintiocho minutos más tarde, supo que había vivido una historia extraordinaria.

Cuando dictaminaron su muerte, ya viajaba a través de un túnel oscuro, hacia un ser espiritual que lo condujo a una ciudad acristalada bañada en luz y tranquilidad, donde trece instructores angelicales le hablaron de los acontecimientos que estremecerían al mundo antes del año 2000, incluidos el desastre nuclear de Chernobil, la guerra del Golfo y la actual crisis económica de Estados Unidos.

Durante su larga y dolorosa convalecencia, no sólo volvió a visitar en sueños a sus consejeros espirituales, sino que descubrió que había desarrollado la capacidad de leer la mente. Catorce años después vivió otro trance semejante, pero ni la profesión médica ni las instituciones religiosas creyeron su historia, por lo que resolvió relacionarse con otras personas que habían vivido experiencias similares, por intermedio del doctor Raymond Moody, reconocido investigador y autor sobre estos temas, quien quedó atónito por la complejidad y el detallismo de su relato. Desde entonces dedica su vida a trabajar con enfermos y ancianos, y a difundir alrededor del mundo las revelaciones que recibió.

Dannion Brinkley vive en Carolina del Sur, donde trabaja con ancianos y colabora con el doctor Raymond Moody en su centro de investigaciones. Paul Perry es coautor del aclamado éxito Closer to the Light, ha escrito más de diez libros sobre una diversidad de temas y fue director ejecutivo de la revista American Health; reside en Scottsdale, Arizona.

Este libro está dedicado a los médicos, enfermeras y voluntarios que realizan el valioso trabajo hospitalario.

También a mi familia, los Brinkley, y especialmente al doctor Raymond Moody.

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