martes, noviembre 24, 2009

¿Cómo puede satisfacerse la necesidad?

Ante esta perturbadora situación financiera, ¿cuál es la solución al problema? Hay hombres y mujeres en todos los países, en todo gobierno, iglesia, religión y fundación, dedicada a la educación, que pueden dar la respuesta. ¿Qué esperanzas albergan para ello y para el trabajo que se les ha confiado? ¿En qué forma pueden ayudar los pueblos del mundo, los hombres de buena voluntad y de visión espiritual? ¿Qué pueden hacer para cambiar el concepto respecto al dinero, encauzándolo hacia canales donde sea em­pleado correctamente? La respuesta reside en estas personas.

Hay dos grupos que pueden hacer mucho sobre esto, uno, emplea ya los recursos financieros del mundo, siempre que capte la nueva visión y advierta que el antiguo orden está bíblicamente sentenciado a ser destruido; y el otro, es el conjunto de personas buenas y generosas de todas las clases sociales y esferas de influencia.

El poder del hombre común y del ciudadano sin importancia no ha sido aun realmente captado, no obstante ellos tienen ante sí una gran oportunidad si poseen el valor y la paciencia de realizar el trabajo necesario.

Estos hombres de orientación espiritual y de buena voluntad deben rechazar la idea de su inutilidad, insignificancia y futileza, y comprender que ahora, en estos momentos cruciales y críticos, pueden trabajar eficientemente. Las Fuerzas del Mal están derrota­das, aunque todavía no "ha sido sellada" la puerta detrás de la cual la humanidad puede encerrarlas, según lo predijo El Nuevo Testamento. El mundo está nuevamente en la balanza. El mal busca cualquier camino disponible para un nuevo acercamiento pero ‑y esto lo digo con confianza e insistencia‑ las personas humildes, iluminadas y altruistas, existen en número suficiente como para hacer sentir su poder, si lo desean. En todo país hay millones de hombres y mujeres espiritualmente orientados que, llegado el momen­to de encarar globalmente la cuestión del dinero, pueden recanalizarlo en forma permanen­te. En todos los países existen escritores y pensadores que podrían sumar su poderosa ayuda, y lo harán si se los solicita como corresponde. Hay estudiantes esotéricos y devo­tos religiosos a quienes se puede apelar para ayudar en la preparación de la reaparición de Cristo, especialmente si la cooperación requerida consiste en emplear dinero y tiempo para el establecimiento de las rectas relaciones humanas y el incremento y difusión de la buena voluntad.

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