viernes, noviembre 20, 2009

Testimonio De una nadadora con cáncer

clip_image002[1]A los 5 años comencé a practicar natación. A los 6,federada, competía en diversos torneos. En mi adolescen­cia abandoné la natación. Desde entonces muchas cosas pasaron en mi vida: me casé, tuve dos hijas, me recibí de traductora de inglés y hebreo, viví muchos años en Israel y regresé a la Argentina.

En 2006, durante un chequeo anual me diagnosticaron cáncer de mama. Fui operada para extirparme el tumor. Presentía que el diagnóstico sería malo y no me sorprendió cuando me lo dijeron. Me dieron quimio, radio­terapia y una droga preventiva.

Sobrellevé el tratamiento. No la pasé bien con la quimio. Un día recibí un mail de mi primer entrenador de natación: Eduardo Lisogorsky Se iban a realizar los Juegos Macabeos y nos invitaba a los que habíamos dejado de competir hacía años. Después de evaluarlo pensé que sería lo mejor para mí. Empecé a entrenar, de a poco, con los controles del caso.

Participé de los Juegos Macabeos Panamericanos en Diciembre 2007, 10 días después de una punción de médula, pues sufro de leucopenia y chemo brain (cambios en la memoria y capacidad para realizar ciertas tareas mentales), ambos efectos

Me alegraba el hecho de haber llegado hasta allí, si bien no tenía grandes expectativas. Sin embargo, obtuve una Medalla de Bronce.

Desde ese mo­mento continúe el entrenamiento y hoy nuevamente. Participé de competencias, entre ellas el Campeonato Sudamericano de Natación Master, en Perú, donde gané una Medalla de Plata. Todavía es un esfuerzo tremendo seguir entrenando; nado 4 km al menos 3 veces por semana y hago complemento de pesas para reforzarlos músculos.

Cuanto más deporte practico, más fuerte me siento; y cuanto más fuerte me siento, más alejo el fantasma de la muerte que sigue presente. Hago terapia pero el deporte me da la energía para enfrentar los escollos, pues me fortalece física y emocionalmente. El apoyo de mi familia es fundamental.

Tengo 50 años. Lo último que haría es bajarlos brazos. Mi mayor sueño es participar de los próximos Juegos Macabeos internacionales, en Israel. La Fundación SALES me ayudará con el viaje. Es el mejor regalo que puedo recibir. No necesito primeros puestos ni medallas, me siento campeona sólo por entrenar, estar en la piscina, mirar el cielo y sentir que pude sobrevivir al cáncer.

sandra goldin

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