viernes, febrero 05, 2010

La edad apropiada para el agua

  • Empiece las clases cuando se sienta seguro, teniendo en cuenta que a partir de los 8 ó 9 meses el bebé perderá algunos reflejos innatos determinantes y precisará aprenderlos. (Hasta los 4 meses de vida el bebé conserva una serie de capacidades que favorecen su adaptación al medio acuático). Los recién nacidos se caracterizan por su capacidad de flotar, de mover su cuerpo dentro del agua de forma relajada y de mantener el reflejo de apnea basado en cerrar la glotis, de manera que no tragan agua ni experimentan la sensación de atragantarse.
  • No se cree falsas expectativas. Hasta los 4 ó 5 años los niños son incapaces de nadar como un adulto. Hasta entonces son demasiado pequeños para desarrollar autonomía en el agua y adquirir los movimientos propios de la natación.
  • Unas 20 sesiones de 30 minutos en un club de natación privado cuestan entre 250 y 350 euros.
  • El coste de un cursillo en un polideportivo municipal o en centro público oscila entre 30 y 90 euros mensuales.

picina-bebe La edad recomendable para que el pequeño de la casa disfrute de su primer baño en la piscina son los 3-4 meses, una vez que el bebé ya mantiene la cabeza erguida y su sistema inmunológico ha madurado. No obstante, conviene consultar con el pediatra esta decisión.

  • Evite las piscinas de dudoso control higiénico y sanitario, que pueden ser causa de serias infecciones y enfermedades.
  • La temperatura del agua debe rondar los 32º C, aunque puede variar un grado arriba o abajo en nfunción de la época del año.
  • El nivel de cloración ha de mantenerse entre el 0'5 y el 0'6% (frente al 1% en las de adulto).
  • La piscina de los pequeños debe reservarse para su disfrute en exclusiva y el uso de sus padres bajo supervisión y recomendación del monitor. Jamás hay que compartir este espacio con otros usuarios.
  • La profundidad de la piscina no debería superar el metro, sobre todo en el caso de los cursos para los bebés, de este modo los padres pueden hacer pie y reaccionar ante cualquier contratiempo.
  • Asegúrese que la zona de los vestuarios donde se cambia el pañal esté climatizada y cumpla con las normas higiénicas.
  • Si los vestuarios se encuentran alejados de la piscina es conveniente que cerca de la misma se disponga de un banco o lugar especial para desnudar y vestir al niño.
  • Compruebe que siempre haya monitores o socorristas cerca de los niños y que el personal que imparte las clases esté cualificado de forma específica para trabajar con ellos.
    • Al inicio del curso las sesiones serán cortas, de 10 ó 15 minutos, para que el bebé se acostumbre poco a poco. Después no conviene sobrepasar la media hora para evitar que el niño se canse.
    • En cuanto a los horarios, es el bebé o el niño el que elige. Lo apropiado es que las sesiones de natación no perturben el ritmo diario habitual.
    • Los primeros días es recomendable que el menor entre y salga del agua despacio y con calma para que no se asuste. Nunca le fuerce a hacer algo que no quiera.
    • Si el pequeño tiene frío, está incómodo o llora demasiado sáquele de la piscina.
    • Nunca deje al pequeño solo cerca del agua. Aunque los programas de natación para bebés pueden enseñarle a moverse en ella, es demasiado pequeño para ser consciente del peligro que ello conlleva.
    • Un niño enfermo no debe bañarse hasta que esté restablecido por completo.
    • No establezca un determinado periodo de tiempo para lograr objetivos, cada niño aprende a su ritmo. Nunca le fuerce.

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