sábado, marzo 20, 2010

El valor de nuevos talentos

El desarrollo de nuevos talentos es de vital importancia, si esperamos lograr progreso notable y mejorar el nivel de nuestro trabajo. Una persona puede talar un árbol con un martillo, pero le demorará treinta días hacerlo. Si aprende a usar un hacha, puede alcanzar el mismo objetivo en treinta minutos.

El trabajo y la vida se facilitan al combinar los conocimientos con nuevos talentos. El talento es el refinamiento de nuestra habilidad actual en combinación con la adquisición de nuevos talentos. Es el resultado de la investigación impulsada por la curiosidad. Es el resultado de la creatividad y la imaginación, aplicadas, de manera inteligente, a nuevos métodos. Es el producto refinado que aparece al elevar la calidad a niveles más altos. El talento es, también, la comprensión de la tarea que tenemos a mano y esta comprensión se logra con el estudio paciente y la observación seria.

El talento es lo que se requiere para que una persona llegue a ser maestro en una tarea. Es la confianza completa en la capacidad que tenemos para dominar los detalles complejos de nuestro trabajo. Es el proceso del aprendizaje. Es el resultado de la acumulación de una montaña de experiencia y la dedicación constante a mejorar las cosas.

Aquellos que gozan de la felicidad y del éxito deben convertirse primero en los maestros de tantos talentos como les sea posible, combinándolos unos con los otros para producir un talento individual y único. Con el valor total de nuestros talentos y nuestras habilidades, todo es posible.

El primer paso para obtener mejores resultados

La imaginación es responsable, en gran parte, hasta qué punto podemos cambiar nuestros resultados. En 1960, era tecnológicamente imposible que el hombre viajara al espacio. Sin embargo, a los diez años, un hombre salió de su cápsula espacial y caminó en la superficie de la luna. El proceso milagroso que transformó el sueño en realidad comenzó en el momento en que una voz desafió a la comunidad científica para que hiciera lo que fuera necesario para que los Estados Unidos "enviara un hombre a la luna a finales de esta década". Ese desafío despertó el espíritu de la nación y sembró la semilla de los posibles logros futuros en el terreno fértil de la imaginación. Lo imposible se convirtió en realidad con ese desafío intrépido.

¿Puede convertirse en rica una persona pobre? ¡Por supuesto! La combinación especial de deseo, planeamiento, esfuerzo y perseverancia ejerce un efecto mágico. La pregunta no es si la fórmula para el éxito rendirá resultados; es si la persona sabrá hacer funcionar la fórmula.

Esa es la variable que desconocemos. Ese es el desafío a que todos nos enfrentamos. Todos podemos transformarnos de lo que somos en lo que queremos ser. No hay ningún sueño imposible, siempre y cuando tengamos el coraje de creer en él.

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